Manifiesto
Al cine y al agua los une ser sinónimos de tiempo. Tanto el agua como la pantalla, son portantes de historias, nos recuerdan la inestabilidad del recuerdo, y la necesidad de prestarle atención. El tiempo, el cine y el agua avanzan. Su principal componente es el movimiento.
Cuando el agua y el cine se juntan, la pantalla adquiere fluidez y conecta pasado, presente y futuro. El agua como elemento, contiene un conjunto de significados que dependen de su entorno cultural: así es como el agua puede representar abundancia y vida, mientras que su ausencia, la muerte. Puede ser purificadora de pecados, o consecuencia de pecados, como el mito del diluvio.
El agua es historia, el agua es memoria. Así como es el cine.
En el Río de La Plata, ubicado entre el astillero, la selva marginal, el balneario de Punta Lara y el Puerto, hay una sala de cine a la cual en el 2019 decidimos hacerle las preguntas: ¿Qué nos cuentan las imágenes del agua? ¿Cuántas historias guarda?.
En esta sexta edición, insistimos en que tanto el cine como el agua son memoria y son historia: almacenarán nuestra historia cuando ya no estemos. Con mucho esfuerzo sostenemos la sala abierta, enfrentando el desafío de sobrevivir a esta tormenta que sobrevuela a la cultura. Porque entendemos que solo podemos contar la historia de nuestra orilla, de nuestro país, con más cine.